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Yo era Heterosexual (CELESTE LA PRIMERA CHICA EN GUSTARME):


Antes de Celeste a mí me gustaban los chicos, yo era la típica chica que recortaba los chicos de las revistas y los pegaba en las paredes de su habitación (Eso entre otras cosas más). Además tuve un novio con el cual duramos 1 año y quise mucho, pero con él nunca llegamos a nada lejos, nunca tuvimos relaciones sexuales.

Celeste apareció en mi vida cuanto tenía 16 años, yo estudiaba en un centro pre-universitario, no olvidaré la primera vez que cruzamos miradas, ella me regalo una sonrisa al entrar al salón y me pregunto si podía sentarse conmigo, yo me sentaba en la tercera. Celeste, había llegado de Argentina porque su padre venía hacer negocios a Lima y pues vivirían acá por mucho tiempo. Celeste no solo tenía un rostro dulce y unos ojos preciosos, sino que además su acento me encantaba y me causaba gracia, ella era la típica chica que volvía loco a cualquiera. Poco a poco nos convertimos en amigas, yo le mostraba la ciudad, ella me contaba del chico de cole que tanto extrañaba y que dejó en su Argentina querida, empezamos a pasar mucho tiempo juntas, hacíamos tareas, estudiábamos para los exámenes, prácticamente nos volvimos mejores amigas en unos meses; hasta ahí no había problema, era muy linda nuestra amistad. Un día de pronto nos forman en grupos de 2 para resolver ejercicios y como ella llegó tarde me pusieron a trabajar con otra compañera; ella llegó y la mandaron a sentarse al final pero no dejaba de mirarme, yo sonreía pero ella no, pues me miraba algo enfadada. Al fin sonó el timbre de recreo y fui a su carpeta para salir con ella como todos los días, pero ella me dijo: ‘No tengo ganas’, y que prefería quedarse en el aula; al día siguiente no se sentó conmigo, me ignoro durante toda la clase y eso no me agrado, al término de clase la seguí para preguntarle el motivo de su actitud, ella me decía que no le pasaba nada, pero era muy obvio que sí, le insistí tanto que me dijo que estaba disgustada porque no la espere, me reí porque eso me pareció una tontería, le dije que solo eran ejercicios que no me sentaría con aquella chica para siempre, me dijo: ‘Tienes razón, discúlpame, es una tontería’. Hasta ese entonces no me había fijado que Celeste estaba celosa, marchamos juntas a su casa porque me invitó a almorzar. Días van y días vienen, seguíamos tan inseparables como siempre, yo no tenía más amiga que ella y ella no tenía más amiga que yo. Celeste me parecía una chica muy linda, no solo por su físico, porque era una joven muy guapa, sino que también por su forma de ser, bastaba mirarla para saber que sus ojos nunca mentían, era la primera vez que veía unos ojos tan lindos, tan llenos de vida, y aunque suene exagerado, sus ojos estaban llenos de verdad. Recuerdo que un día habíamos ido a tomar un café, cuando estábamos ya sentadas y esperando nuestros pedidos, me tomo de las manos y me dijo: ‘Alguna vez sentiste algo por una amiga?’, no entendía su pregunta, ella lo noto, me volvió a preguntar: `Alguna vez, sentiste que atracción por una amiga?’; yo le respondí que no, que nunca me había pasado algo así, qué por me lo preguntas?; ella solo me dijo, ‘No, por nada’. No entendía su pregunta, pues para mí era mi mejor amiga y pues siempre me costó darme cuenta de las cosas. Al salir de la cafetería la acompañé a su casa, me hizo pasar para saludar a su mamá, yo estaba con un poco de prisa por lo que no podía quedarme mucho rato, así que me despedí, la mamá de Celeste subió porque su hermano pequeño la llamó, y cuando me acerque a despedirme de Celeste, ella me dio un beso en los labios; yo no sabía que hacer o cómo reaccionar, simplemente me fui, y durante todo el camino a casa estuve pensando en lo sucedido. Al día siguiente las cosas estaban tensas, sabía que Celeste y yo debíamos hablar, terminamos las clases y fuimos caminando, ninguna de las dos pronunciaba una sola palabra; de pronto Celeste me dijo: ‘Me pasan cosas contigo, empiezas a gustarme y no como una amiga’, lo único que le pude decirle fue: ‘Qué dices, estás loca, ni a ti ni a mi nos gustan las mujeres’. Lo cierto es que me fui a casa confundida, pensaba en sus palabras, pensaba en el beso que me dio la noche anterior, pensaba en ella, pensaba en todo. Era la primera vez que me sentía tan asustada, eran sentimientos nuevos, jamás me había fijado antes en una mujer; yo venía de una familia Católica, con mente algo cerrada, yo misma no podía aceptar eso, me sentía mal, me sentía que no era yo, para mí eso no estaba permitido y no era posible, aun negándomelo, en el fondo sabía que ella me gustaba, la pasaba muy mal, no quería aceptar ese gusto por una mujer; pasaron días y yo no le hablaba, ella me buscaba pero yo la evitaba, fue una semana muy tormentosa la que pase, pero confieso que pensaba cada vez más en su beso, en su mirada y en su forma de ser, no la sacaba de mi cabeza. La semana siguiente decidí hablar con ella, fuimos a un parque cercano de donde estudiábamos y conversamos; por mi parte le dije que eso no podía ser, que a mí no me gustaban las mujer y que no estaba bien; Celeste siempre fue muy directa para decir las cosas, y con su mirada me lo decía todo, ella seguía con lo mismo, me decía lo mucho que yo le gustaba, me pedía que no tema, que eso para ella también era nuevo, pero que habían cosas que no podía evitar sentir, que nos diéramos la oportunidad de intentar algo. En todo momento yo me negué, simplemente yo misma no podía aceptar estar con una mujer. Aun así ella me respeto en todo momento y me dijo que no dejaría que nuestra amistad se acabará por ello. La verdad es que pese a lo mal que me sentía y como me había afectado, yo sentía cariño por ella, y realmente me gustaba, siempre lo negaba, pero me gustaba; estar cerca a Celeste y compartir el tiempo con ella era peligroso, y como bien dijo, habían cosas que no se podían negar; así que era cuestión de tiempo para que algo pase entre nosotras. Una noche en mi casa, Celeste volvió a darme un beso y esta vez no la rechace, yo en el fondo no lo podía creer, era el primer beso que me daba con una mujer y me gustaba, me gustó tanto y era inevitable que ella me encantara con esa personalidad tan segura que tenía. Me dijo: ‘Te quiero’, mi corazón latía aceleradamente, yo solo pude responderle con un ‘Yo también’, desde ese día empezamos una relación, ella sería mi ‘primer amor’, un amor tan lindo, es cierto cuando dicen que el primer amor nunca se olvida y así fue y es, no olvido mi primer amor. Lamentablemente yo no estaba preparada para tal relación, mis pensamientos eran distintos, toda mi vida había soñado con el chico ideal, además formada en un colegio Católico, mi entorno y la mayoría de mis amigos eran tan o más Católicos que yo y por ello, y por muchas cosas más, lastime mucho a Celeste, le decía siempre que no podía, mi temor a ser rechazada por mi familia y amigos era más grande que el cariño que yo le tenía. Nunca quise lastimarla, pero muchas veces lastimamos a quien tanto queremos consiente o inconscientemente. Tuve ratos muy lindos y muy felices con ella, momentos que estoy segura ella tampoco olvidaría. Aprendí de ella que a una mujer nunca se le debe presionar, me tenía mucha paciencia y sobre todo me entendía, por eso nunca me presionaba y por ella me quedo eso, de jamás presionar a nadie, aprendí que las cosas tenían que nacer de una misma en el momento que uno cree correcto. Duramos casi un año con idas y venidas, pero yo no estaba preparada, no podía aceptarme, no podía aceptar que yo era lesbiana o bisexual. Celeste me decía siempre no importa la opción sexual que tengamos, mientras seamos felices con lo que tenemos y somos eso es suficiente, es otra gran lección que ella me dejo; sus palabras siempre fueron: ‘no me gustas porque seas mujer, me gustas por cómo eres, por todo lo que juntas pasamos, y si tú al final me dejas pues con la siguiente persona que yo tenga una relación con esa me quedaré, sea hombre o mujer, pues quiero a una sola persona para toda la vida, y si no eres tú yo lo entenderé’. Debo aceptar que yo acabe con nuestra relación, nunca pude si quiera tener intimidad con ella, vivía perseguida por el ¡qué dirán!, Cada una entro a estudiar a sus respectivas universidades así que poco a poco todo se fue muriendo y yo escapando. Tiempo después yo la volví a buscar y le pedí perdón, fui yo la que terminó con todo y fui yo quien lastimó a tan hermosa mujer, siempre me arrepentiré de haberla lastimado tanto, la busque solo para disculparme como debía ser. Ella me perdonó y me deseaba la felicidad, que algún día lo sería y ese día sería cuando yo aceptase lo que era. Luego ya no la volví a ver ni saber de ella, yo la extrañaba tanto, pero nunca estuve preparada, no en ese tiempo. El año pasado me la encontré camino a casa, nos miramos fijamente por varios segundos, sin ninguna palabra, solo nos cruzamos y ya, Celeste iba de la mano con su esposo y su hijo, ¿Qué cómo sé que era su esposo y su hijo?, pues vine a casa y la busqué en Facebook, vi que estaba casada desde hace ya mucho años y entonces me di cuenta que lo que dijo fue cierto, después de mi, apareció él y con él se quedó, lo sé porque ella lo que decía lo demostraba y afirmaba hasta con sus ojos. Sin duda Celeste es feliz y tiene la persona que merece, le doy gracias a la vida por habérmela puesto en el camino y porque me dejo muchas lecciones.


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